
Si de definir, con una palabra, el campeonato de España celebrado el pasado 18 y 19 de abril, se tratase, la palabra sería, decepcionante. Decepcionante todo. De principio a fin.
Es lo que ocurre cuando se mezcla deporte y política. Cuando dejamos que la mediocridad entre en nuestras casas y gobierne nuestras vidas. Y como si de la vida real se tratase, hemos de soportar la injusta y cruel realidad. Que no es otra que la de vivir en un país gobernados por corruptos e ineptos. Donde, dependiendo de donde vivas, tienes más o menos derechos, o tu voto vale más o menos. Esa es la realidad que nuestros chicos han de vivir. Porque las medallas no valen lo mismo en Albacete que en Burgos. Así hemos de soportar un sistema de subvenciones que lo pudre y corrompe todo.
Decepcionante el nivel de nuestros árbitros, de nuestros inspectores, del sistema de reclamaciones…en fin. Alguno se preguntará después por la falta de participación. Pero no nos engañemos, así es España, con sus autonomías, provincias, ayuntamientos. Reyes y reyezuelos. Mediocres. Mediocres, incapaces de comprender que algunos no pretendemos ganar las peleas fuera del ring, que lo que exigimos es que a todos se nos trate igual, que se nos mida con la misma vara.
Y seamos sinceros en España, los deportistas son maltratados, si o si, con subvenciones o sin ellas. Ya hablaremos de eso otro día. O no.
Luisa Burgos bronce, full-contact -55 kg.
Diego Cardenal bronce, full-contact -65 kg.
Ramón Álvarez sub-campeón de España. Full-contact -75 kg.
Pablo Dobrzycki sub-campeón de España. Low Kick -80 kg.
Toño Ruiz.

